lunes, 27 de junio de 2011

Esperando...

Hace mucho que no escribo (y eso no es novedad, ya avisé que soy inconstante) pero también hacía un tiempo que no visitaba otros blogs (bueno dos semanas, pero es bastante). No sé bien qué me pasó. Necesité sacar un tiempito de mi cabeza todo el tema infertilidad. Hasta que recién en mi desvelo hice la recorrida de blogs y me dio el ímpetu escribidor... Se ve que estoy pasando por una etapa egoísta,  muy para adentro, conectada con la panza, deseando que llegue el momento de que nazca "mi bebito aún sin nombre". Leer a las demás me da un poco de culpa. Quiero que TODAS tengan lo que yo tengo en este momento. Me hace mal leer los negativos (no me pongo en víctima yo, pero a través de las demás vuelvo a vivir el dolor, la frustración, por suerte también la ilusión, la esperanza). Quisiera decirles a todas que se puede, que un día llega, que vale la pena seguir intentando, que cuando ya pensás que a vos no te va a tocar el positivo, te puede tocar, que todo cambia de un día para el otro y seguís sin poder creer que sea real, que te pasó a vos, que vas a tener un hijo. Pero sé muy bien lo que es estar en la previa a esto que hoy vivo y que cada vez que alguien te dice no te preocupes, ya va a llegar, conozco a fulanita que bla bla o a tal otra que le pasó esto y lo otro, una piensa si, pero vos qué sabés lo que es estar pasando por esto una y otra vez, luchar para no deprimirte e igual deprimirte, seguir teniendo esperanza pero estar tan acostumbrada a que te salga mal que estás llena de miedo, vivir cada mes entre la ilusión y la decepción... Y llegar a ese punto donde cada historia positiva te sostiene apenitas, porque vos querés pensar que si pudo ella, tal vez entonces vos también podés, pero nada te lo garantiza. Y pensás, qué fácil es decir se puede cuando te sale bien. Pero mientras tanto una sigue del otro lado, sufriendo, preguntándose si y cuándo me va a tocar a mi. Yo de verdad pensé que ya no me iba a tocar de la forma que yo quería y estaba en el proceso de tomar otros caminos. Tengo muy presente todo ese dolor. Se va diluyendo, pero está ahí. Será por eso que ahora que ya está cerca el nacimiento de mi hijo y que ya no siento miedo (bueno un poquito, pero digamos el "normal") y exploto de felicidad, cuando se mueve en mi panza y lo toco o cuando miro la cunita donde va a dormir a veces me pongo a llorar de solo pensar que exista, que va a estar ahí durmiendo al lado mío dentro de poquito. Por eso necesito decirles a todas que se puede, que sigan buscando a sus hijos, por el camino que sea, que van a llegar todos esos hijos. Necesito contagiarlas con el optimismo que siento hoy, así como tantas veces las cargué con mis pensamientos oscuros. Y digo por el camino que sea porque el embarazo reforzó mi idea de que ser mamá no depende de cómo llegue nuestro hijo. A mi me resultó maravilloso vivir esto y por eso me replanteó todos mis miedos a la ovodonación. Desde que empecé a sentir al bebé moverse en la panza me di cuenta de que no me hubiese importado de quién fuera el óvulo que lo trajo hasta ahí. Es un privilegio ya de por si poder vivir el embarazo, sentir cómo tu bebé va creciendo, ir conectándote con él, imaginando el momento de encontrarte con él. Pero también pienso mucho en las historias de adopción, que me emocionan tanto y que tienen miles de cosas que les son propias y únicas y tan fuertes, de tanto amor... Y creo que finalmente todas las historias se reducen al deseo, el deseo de ser papás. Y en nuestro caso ese deseo implica un trabajo por conseguirlo y por eso cuando se acerca la realidad de nuestro hijo, la felicidad no puede ser más grande. Ya sé que igual nos vamos a quejar, pero desde otro lugar... Una queja agradecida digamos... Una queja que sabe valorar y mucho de lo que se queja... Bueno, acá estoy llorando... Las dejo... Por favor aunque les parezca una boluda más, creanme, ustedes también pueden. Un beso grande!